Da Vinci, a partir de sus altos estudios de mecánica aplicada llevó a cabo varios desarrollos tecnológicos con diversos fines, pero muchos de ellos se caracterizaban por su gran avance en los engranajes (ruedas dentadas). En este caso, Leonardo hizo su versión del cuentakilómetros con los que cuentan hoy los carros. Su diseño adquirió un diseño similar a una carreta. El diseño funcionaba al ser arrastrado por un hombre, una vez se desplazaba, la rueda vertical accionaba el mecanismo de las pequeñas ruedas dentadas las cuales , mediante sus engranajes empujaban varillas que producían un sonido (así se corroboraba su correcto funcionamiento).
La medición se daba mediante un conteo de rocas o esferas de madera que estaban contenidas en el interior de la rueda vertical que al ser girada transmitía un sonido que significaba la caída de la roca a una caja interior. A pesar de sonar muy poco práctico, este diseño es el precursor de los cuentakilómetros actuales.